“No seáis como el caballo, o como el mulo” (Salmo 32:9).
“No seáis como el caballo, o como el mulo” (Salmo 32:9).
“Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará” (Lucas 19:26).
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará” (Lucas 9:24).
“Mirad, pues, cómo oís” (Lucas 8:18).
“Mirad lo que oís” (Marcos 4:24).
“En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños,
a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40).
“Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel” (Mateo 5:25).
“Del evangelio de la gloria de Cristo…” (2 Corintios 4:4).
(1) El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. (2) Y hallaron removida la piedra del sepulcro; (3) y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. (4) Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí […]
(1) Levantándose entonces toda la muchedumbre de ellos, llevaron a Jesús a Pilato. (2) Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohibe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey. (3) Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey […]