¿Hay fracaso en tus relaciones?
En las mías también…
Dice un juego de palabras: ¿Cómo quieres que te quiera, si quien quiero que me quiera no me quiere como quiero que me quiera?
¡Qué complejas son las relaciones!… Pero qué necesarias, diría yo.
Con respecto a este tema tenemos que decir que cada uno tiene sus propias vivencias y experiencias, éxitos y fracasos, y esto es lo que va a definir nuestra opinión y definición del término “relaciones”.
¡Con lo bonitas que son! ¿Por qué hay tanto fracaso hoy en las relaciones?
Padres e hijos se enfrentan; marido y mujer se separan; hermanos, compañeros, amigos, vecinos…
Hay que decir que ha fracasado la madre de las relaciones: “La relación del hombre con su Creador, con su Dios”. Aquí está la causa del problema.
Además, las relaciones son como un jardín de flores, hay que cuidarlo, regarlo, labrarlo, quitar las malas hierbas, cortar las flores secas, podar, etc.
Las relaciones hay que cuidarlas, tienen un precio. De ello depende que dichas relaciones sean buenas o malas, fluidas o escasas, profundas o superficiales.
Todo objeto hermoso y valioso requiere de cuidado; el descuido hará que paso a paso se deteriore y se desmorone.
Como todo árbol o planta requiere de una profunda raíz, y todo buen edificio requiere de unos buenos cimientos, “la amistad requiere de un buen fundamento”.
Lo que no se ve en un árbol o planta “la raíz”, lo que no se ve en un edificio “los cimientos”, lo que no es visible en la amistad “El fundamento” es lo más esencial y necesario.
- Sin raíz el árbol se seca.
- Sin cimiento el edificio se derrumba.
- Sin fundamento las relaciones se desvanecen.
El amor es la base y fundamento de toda relación. Pero el término “amor” también se ha devaluado, distorsionado.
Existen tres raíces diferentes para la definición de las relaciones “amor”:
- Filio: Amor a lo semejante.
- Eros: Amor de pareja.
- Ágape: Amor a Dios.
Sin amor “Ágape” las relaciones no tienen el fundamento necesario para vencer todas las adversidades que se presentan en una relación.
Mira las cualidades del amor Ágape:
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser” 1ª Corintios 13:1-8
Cualquier relación fundamentada en el amor que acabamos de describir tiene asegurado el éxito.
Se ha banalizado tanto el amor en nuestros días que decimos “Vamos a hacer el amor” en una noche de verano. Si buscamos un modelo perfecto en las relaciones, si alguien tiene la categoría de maestro en este campo es Dios. Porque por toda la eternidad El Padre, El Hijo y el Espíritu Santo han mantenido una relación total, sublime, perfecta.
Por ello, si tú quieres triunfar en tus relaciones, tiene que acercarte al Maestro y solicitar una relación de excelencia con Él.
Tenemos necesidad de amor y ser amados porque hemos sido creador apra ellos. Es el fundamento de la propia vida. Cuando Dios creó al hombre hizo sólo una persona y dijo Dios: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él. Y creó a Eva, su mujer”. Hemos sido dotados de tres elementos para la relación:
- Cuerpo: Nos relaciona con el entorno.
- Alma: Nos relaciona con la persona.
- Espíritu: Nos relaciona con Dios.
Formamos parte de un entorno natural, la naturaleza con la que nos relacionamos a través de los cinco sentidos “cuerpo”; formamos parte de un grupo llamado la humanidad con la que nos relacionamos continuamente y de muchas formas y cada día más. En esta relación se ponen en marcha muchos mecanismos: Los sentimientos, los pensamientos, el afecto, el amor, etc. “cuerpo y alma”.
Somos personalmente seres creados por Dios a su imagen y semejanza para mantener una perfecta y armoniosa relación con Él.
Esto se fue al traste el día que Adán y Eva desobedecieron a Dios y la relación del hombre con Dios se dañó de tal manera que Dios puso en marcha el plan de redención a través de la venida, muerte y resurrección del hijo de Dios, JESUCRISTO.
La Biblia lo expresa de esta manera: “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándole a los hombres en cuenta sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” 2ªCorintios 5:19
Por la obediencia de Cristo somos reconciliados con Dios por medio de Cristo y recibimos el Espíritu Santo. Este acto de reconciliación nos pone en relación de nuevo con Dios gracias a que Cristo fue hecho por Dios Padre, mediador entre Dios y los hombres.
Este acto nos pone en una relación plena y completa con Dios. “Espíritu, Alma y Cuerpo”
Un elemento muy importante que debemos aprender aquí, lo que en la esfera de las relaciones tenemos que tener en cuenta “La reconciliación”. Cuando por cualquier causa se daña una relación, se puede corregir en el acto de la reconciliación. Perdonar y volver a empezar, arrancar aquello que puso tropiezo a tu relación: Egoísmo, orgullo, soberbia, murmuración, celos, indiferencia, traición, etc.
Éstos son enemigos que acabaron con muchas relaciones. Debemos saber que esto son malas hierbas que hay que arrancar, cortar y quemar del jardín de las relaciones.
La humildad, la entrega, la verdad, son fragancias que embellecen las relaciones. “El que tiene un amigo tiene un tesoro”.
Busca una relación con Cristo y tendrás amistad con Dios. Esto es lo máximo en relaciones, esta es la escuela, la madre de todas las relaciones.
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