El Circo de la Mariposa es uno de los cortometrajes más premiados en los últimos años. Una película que merece la pena ver y debería pasarse en todos los colegios del mundo. Si aún no la has visto, aquí tienes el link en español de este cortometraje: www.youtube.com/watch?v=gM9aB0OXd1E
En un mundo como el nuestro, donde se le da tanta importancia a la imagen, la salud y el bienestar personal, valores que han sido elevados a los nuevos altares del post-modernismo, la vida de Nick Vujicic es un insulto. Así lo reconocía uno de los internautas en el video de su testimonio: “Personas como esta hacen que la raza humana de pena. Entre más hablas, mas te avergüenzas a ti mismo.”* Estas palabras no tienen sentido desde una dimensión cristiana, pero reflejan la realidad de los súbditos del dios “imagen”, aquellos que encuentran su valor personal en la perfección física que creen tener, que practican el culto al cuerpo y determinan su sentido en la vida por los patrones de belleza que determina la moda de cada momento y cultura.
¿Quién o qué determina el valor de una persona? ¿Cómo llegamos a darnos ese valor cada uno de de nosotros? Puede que estas preguntas no nos las planteemos cada día, pero inevitablemente, vivimos nuestra existencia de acuerdo a la respuesta que le demos. Por eso es importante pararse en algún momento y analizar sobré qué fundamento estamos construyendo esas respuestas. En realidad no es un ejercicio tan difícil, pues no existen tantas alternativas, o fundamentamos la respuesta en los patrones que ofrecen la sociedad, o lo hacemos en los patrones de Jesús de Nazaret. La sociedad nos informa de sus patrones por medio del cine, la televisión, la publicidad y el resto de elementos que componen la cultura de cada pueblo. Es allí donde encontramos esos criterios resumidos en el refranes como “tanto tienes, tanto vales” o “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Jesús de Nazaret nos informa de sus patrones por medio de la Biblia.
Allí encontramos frases como esta “vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” (1 Pedro 2:9), también “a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida” (Isaías 43:4). Cada persona es un tesoro que sólo Dios reconoce como tal. Si nos vemos a nosotros mismos a través de los ojos de Jesús, encontramos nuestro verdadero valor. Ésta es la única explicación del caso Nick Vyjicic y la mejor alternativa para cada ser humano, pues al vernos tal y como Dios nos ve, encontramos la fuerza para hacer maravillas y volar mucho más allá de nuestra fragilidad. Todo ese potencial se libera cuando nos acercamos a Jesús en humildad y le aceptamos como nuestro Maestro. Cada persona elige su destino y vive cada día según su decisión. Nuestro mundo necesita gente capaz de liberar todo su potencial, gente que supera su debilidad y la transforma en esperanza. El camino es Jesús. ¡Compruebalo!
Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
En cuyo corazón están tus caminos.
Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente,
Cuando la lluvia llena los estanques. (Salmo 84:5-6)
*Puedes ver el testimonio de Nick y el comentario aquí: www.youtube.com/watch?v=MiSJxyjmIss.
Fuente: e-decision.org
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