¿Estás cansado de la corrupción?

En la actualidad podemos afirmar que la palabra corrupción está sonando con demasiada frecuencia. Según la Wikipedia, la corrupción es „el abuso de poder o mala conducta“ y la corrupción política sería por tanto „el abuso de poder mediante la función pública para beneficio personal“.

Muchas personas están cansadas de escuchar día tras día historias que reflejan claramente el contenido de la definición de esta palabra. Un escándalo tras otro sale a la luz. Partidos y personas vinculadas a la política pertenecientes a los más altos estamentos del estado se ven involucrados en este tipo de escándalos, lo cual no deja de ser irónico, ya que estos deberían de servirnos de ejemplo, sin olvidar que ya reciben buenas prestaciones económicas por sus trabajo en los puestos públicos. Pero sin embargo, abusan de su posición de una y mil maneras. La verdad es que estamos cansados de todas estas historias cuyos contenidos ya nos son familiares y que parecen convertirse en un culebrón sin fin. Aproximadamente la mitad de los españoles cree que la corrupción daña en la actualidad la imagen del país en el exterior.

La sociedad actual sufre las graves consecuencias de haber desechado valores éticos y morales que son imprescindibles para que una sociedad pueda funcionar de una manera justa y normal. Tal vez alguien se pregunte a qué valores me estoy refiriendo.

  • En primer lugar, podríamos mencionar el valor de amar a Dios sobre todas las cosas que está bien estipulado desde hace miles de años en las sagradas Escrituras (la Biblia).
  •  En segundo lugar está el de amar al prójimo como a uno mismo. El Señor Jesús dijo que este era el segundo mandamiento más importante. De allí vemos que las personas somos llamadas a un servicio abnegado a las personas en nuestro entorno.
  • Además notamos que nuestra sociedad está pisando de una manera lamentable otros valores éticos y morales que urgentemente habría que tener en cuenta. Aquí quiero mencionar la importancia de respetar la vida -no matarás- desde el momento de la concepción hasta el de la muerte natural. También hemos de aludir a la tremenda importancia que tiene la verdad -no mentirás- en el marco de una convivencia social. Si quitamos este elemento de nuestra convivencia, esta se vuelve un verdadero calvario, como lo estamos viviendo ahora. Y como no, también hay que mencionar el respeto a la propiedad privada -no robarás-.
  • Pero si quitamos estos pilares de nuestra vida y de nuestra sociedad, esta se cae por sí misma, como estamos viendo en todos lados. Nos preguntamos por qué el ser humano se inclina tanto hacia ese lado negativo que produce, por ejemplo, los escándalos de corrupción. La respuesta la podemos encontrar en la Biblia, un libro antiguo, pero con autoridad divina que nos transmite la razón fundamental del problema y una sabiduría increíble para nuestro correcto comportamiento ético y moral en este mundo. La Biblia nos indica cuál es la base del problema cuando nos dice que: “El corazón del hombre es malo desde su juventud” y otras muchos textos que apuntan en la misma dirección. Pero solo saber esto no nos sirve, ya que debemos conocer cuál es la solución que presenta para este problema. Jesucristo, cuando hablo con Nicodemo, un hombre principal entre los judíos, miembro del concilio, le dijo que el hombre, para poder entrar en el reino de Dios necesitaba nacer de nuevo. Pablo unos años más tarde escribió en una carta que “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. Con otras palabras, podríamos decir que le dijo que el hombre necesitaba una transformación de su corazón. Nos queda por lo tanto un punto fundamental, después de haber visto la situación del hombre sin Dios, y la necesidad de experimentar un cambio en el corazón. Solo nos queda hacernos una pregunta importante: ¿Cómo pueden experimentar esto las personas? El primer paso es reconocer la situación personal de cada uno de nosotros, darnos cuenta de que somos hombres y mujeres con muchos defectos (en otras palabras, que somos pecadores). Pero no nos debemos quedar ahí. El segundo paso es saber que podemos acudir a Jesucristo para buscar el perdón, y a la vez debemos estar dispuestos a entregarle nuestra vida a ÉL. Si lo hacemos sinceramente ÉL promete darnos una nueva vida, un corazón distinto.
  • Si quieres profundizar en este tema te recomendamos leer: “Una presentación del Evangelio” en esta WEB

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