Objeción – DICE QUE JESÚS DE NAZARET NUNCA EXISTIÓ. Jesús de Nazaret – dicen – es simplemente un personaje ficticio, inventado por un grupo de personas ‘listas´ que vieron la oportunidad de inventar una nueva religión, hacerse ricos, vivir como grandes señores en sus Palacios Arzobispales, y dominar medio mundo. Y hasta alegan que esto ha sido comprobado por la ciencia, así que fin de todo argumento. Y es cierto que esto se solía enseñar con toda seriedad en los países comunistas durante los años del apogeo comunista. En el Manual del Ateísmo publicado en Moscú en el año 1959, aparece el siguiente párrafo – “La ciencia ha comprobado que Jesús de Nazaret nunca existió. El fundador del cristianismo resulta ser simplemente un personaje ficticio”. Y aunque esto fue escrito hace más de cincuenta años, existen todavía hoy muchísimas personas que dudan – (o rechazan de plano) – la realidad histórica de Jesús de Nazaret. Es que Jesús y sus enseñanzas todavía molestan a muchos hoy, como pasó antaño en la vieja Palestina. Y si la ciencia ahora ha podido comprobar que Jesús nunca existió, entonces esto les libra de tener que tomarle a él, y a sus enseñanzas, en serio.
¿CÓMO CONTESTAMOS? Contestamos que la ciencia nunca ha comprobado tal cosa. ¿Cuándo lo comprobó? ¿En que laboratorio lo comprobó? ¿Haciendo que tipo de experimento lo comprobó? ¿Y dónde están publicados los resultados de esos experimentos? La respuesta es ‘nunca – y en ninguna parte´. Por la sencilla razón que la cuestión de la existencia de Jesús no es de la competencia de la ciencia. No tiene nada que ver con sus laboratorios y experimentos. La cuestión de la existencia de Jesús pertenece al campo de la historia, y no al campo de la ciencia. De la misma manera que la realidad de la existencia de Alejandro Magno, Julio Cesar, Napoleón, o cualquier otro personaje del pasado, pertenece al campo de la historia y no al de la ciencia. Y hay abundante evidencia histórica que Jesús de Nazaret sí que estuvo aquí en nuestro mundo hace 2000 años. ¿Dónde está esa evidencia? En la Biblia. En el primer sermón de la era Cristiana, narrada en el libro de los Hechos. Y si alguien dijera – ‘Un momento, no me venga con la Biblia. No es una fuente imparcial, ya que fue escrita precisamente por los inventores del cristianismo´ – contestamos que sí es una fuente imparcial y totalmente fiable. Y veremos ahora – (acudiendo al texto Bíblico de Hechos 2:22-36) – por qué lo decimos.
Notamos en primer lugar que el relato histórico nos informa de que este primer sermón de la era Cristiana fue predicado – no a escondidas en un barrio perdido de la ciudad y ante un puñado de seguidores de Jesús – sino que fue predicado en una plaza pública en Jerusalén, y ante miles de personas, solo siete semanas después de los eventos dramáticos del arresto, el juicio, la crucifixión y la resurrección de Jesús, que constituyen el tema principal de este sermón. Todo esto es inmensamente importante. El sermón no fue predicado siglos después de los eventos que describe, habiendo muerto toda esa generación – (y varias más) – haciendo así imposible una averiguación independiente de lo que Pedro aquí predicaba y aseveraba. Se predicó – repetimos – en Jerusalén, donde todo había ocurrido, y ante miles de personas que habían presenciado los hechos dramáticos a los cuales se refiere Pedro, o que habían sido informados por los que sí los habían presenciado. Y aunque el libro de Hechos fue escrito unos 30 años más tarde, miles de esas personas vivían todavía. Así que no vale el argumento que dice que Lucas – (el escritor de este relato) – pudo haber transmitido una historia falsa. Cualquier minuciosa desviación de la verdad, hubiese sido detectada enseguida.
Notamos en segundo lugar que todo el sermón gira alrededor de la persona de Jesús. De su vida extraordinaria, sus obras espectaculares, su ejecución pública, y su resurrección de la tumba. Y según le escuchaban, nadie en esa vasta concurrencia le interrumpió diciendo – ‘Un momento Pedro. ¿De quién nos estás hablando? ¿De un tal Jesús de Nazaret? Nunca hemos oído hablar de el. ¿No lo estarás inventando todo? ¿Ese Jesús tuyo no será un personaje ficticio?”. Y nadie interrumpió diciendo semejante cosa por la sencilla razón de que todos sabían que el Jesús de quien hablaba Pedro era una realidad histórica incuestionable. Miles le habían visto con sus propios ojos. Habían comido con él, escuchado sus impresionantes palabras, y sentido arder sus corazones en su presencia. Y a esto se refiere Pedro cuando dice claramente en el v.22, que todo lo que estaba diciendo lo sabían ellos de sobra, ya que todo había sido hecho ‘entre ellos´. Así es la evidencia histórica sobre la cual se basa la verdadera fe Cristiana. No en cuentos fantásticos inventados siglos después de los supuestos eventos, cuando toda la gente de esa generación estaba ya desde hacía años en sus sepulcros, haciendo así imposible que nadie les cuestionara. La fe Cristiana está basada en una serie de hechos pronunciados públicamente en Jerusalén – (donde todo ocurrió) – viviendo aun los principales testigos del drama, tanto amigos como enemigos. Y estos últimos muy pronto hubieran desmentido públicamente todo lo que Pedro decía ese día si hubiera habido la más mínima oportunidad. Pero nadie intentó hacerlo, ya que todo el mundo sabía que era la pura verdad.
Después hay lo que podríamos llamar ‘evidencia circunstancial´. Si Jesús no es un personaje histórico de verdad, entonces es simplemente un personaje ficticio como dice esta 2ª Objeción. Pero en ese caso – ¿Cómo se explica que Jesús haya tenido una influencia tan profunda sobre el género humano, de la cual habla el historiador Lecky, cuyo comentario hemos citado en el capítulo anterior? Personajes ficticios no ejercen esa clase de influencia. No hay – en toda la historia de la literatura – un solo caso donde esto haya ocurrido. Y la influencia de Jesús no mengua con el paso de los años. Hace pocos meses, un premiado escritor de programas para la BBC – (un hombre duro y ateo, según sus propias palabras) – preparando una serie de programas sobre la natividad y viéndose obligado a leer los relatos Bíblicos como consecuencia, llegó a la conclusión que estaba cara a cara con – “la historia más bella que ha ocurrido en todo el transcurso de la historia humana”. Y continúa diciendo – “Lo que sí se por cierto, es que las palabras que salen de la boca de Jesús, constituyen la verdad más certera que he oído jamás. Presentan un proyecto para la humanidad tan logrado, que no podía haber sido inventado por ningún filósofo por muy listo que fuera. ¿Qué ser meramente humano podía haber pronunciado tales palabras?”.
Tony Jordan dice que ahora sí cree en Dios, y cree que Jesús es el Hijo de Dios. Ese cambio tan radical no lo podía haber efectuado un personaje meramente ficticio. La predicación de Pedro en Hechos 2, impactó a la gente de tal manera que miles se convirtieron a Jesús ese mismo día. Una conversión que implicó su arrepentimiento y su reconocimiento de este Jesús de Nazaret, tan despreciado por tantos, como Señor y Cristo – (según anunció Pedro al final de su sermón, v.36) – con todo lo que eso significa. ¿TU QUÉ DICES DE ESTE JESÚS? Tomado del libro: Para personas que cuestionan
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