Vivimos en un tiempo de “Fake News”, de constante bombardeo con noticias falsas y engañosas. Siempre habrá existido este problema, pero en nuestro tiempo gracias a las nuevas tecnologías se divulgan de manera casi instantánea por todo el planeta. Es muy importante saber si una noticia es de fiar o falsa, y según de lo que se trata una mala información puede tener consecuencias nefastas para nuestras vidas.

Así que, si hablamos de un libro tan importante como la Biblia, a la que hice alusión en el título, es muy importante saber si la Biblia es la Palabra de Dios y si, por consiguiente, es verdad y digna de toda nuestra confianza o si solo se trata de un libro escrito hace muchos años, pero que no fue inspirado por Dios.

¿Hay evidencias que nos permiten decir que la Biblia es un libro singular y que es la Palabra de Dios?

Existen muchas evidencias que nos confirman la veracidad de la Biblia y el hecho de que sus autores fueron guiados por Dios a la hora de escribirla. Algunas de ellas son:

• Las pruebas de las profecías cumplidas.
• La prueba de la unidad de la Biblia.
• Las evidencias de los hallazgos arqueológicos

Centrémonos en primer lugar en las profecías cumplidas. En el Antiguo Testamento hay más de 300 profecías acerca del Señor Jesucristo. Solo puedo mencionar aquí algunas de ellas. El Profeta Miqueas escribió su libro aproximadamente 700 años antes de Cristo. En Miqueas 5, 2 leemos: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel, y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.”

Es significativo ver, que para que se cumpliera esta profecía, el emperador romano Augusto César tenía que promulgar un edicto para que se hiciera un censo en todo el imperio. Así fue como María y José se vieron obligados a viajar de Nazaret, la ciudad en la que vivían, a Belén, su ciudad de origen, y justamente allí nació Jesús. Así se cumplió perfectamente lo que el Profeta había dicho siglos antes.

Lo mismo pasó en relación con su muerte. El Profeta Isaías describe en el capítulo 53 muchos detalles acerca de la muerte del Señor Jesucristo que luego se han cumplido al pie de la letra. Esto lo podemos comprobar leyendo los relatos que nos hablan de la crucifixión de Jesús en los Evangelios. Las profecías acerca de Jesús no sólo se cumplieron aproximadamente, sino de manera muy exacta y meticulosa. En ningún escrito religioso encontramos algo semejante.

Por supuesto hay muchas otras profecías que no están vinculadas a la persona de Jesucristo, que también se cumplieron a la perfección a lo largo de la historia. Tenemos por ejemplo las profecías acerca de la nación de Israel. La Biblia nos habla en Deuteronomio 28, 63-68 de la dispersión de Israel por todas las naciones. Esta fue la realidad del pueblo de Israel a lo largo de unos 1900 años. Pero la Biblia también habla con la misma claridad de que al final, Dios les llevaría otra vez a su tierra. Ezequiel 37, 21: “y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra.“

La historia reciente nos da testimonio de como esto se cumplió. El 14 de mayo del año 1948 el estado de Israel fue fundado después de su desaparición durante 1900 años. ¡Así se cumplió una profecía anunciada por Ezequiel unos 2500 años antes!

En segundo lugar, tenemos la evidencia de la unidad del contenido de la Biblia. En realidad, la Biblia es una colección de 66 libros escritos a lo largo de unos 1500 años, en tres continentes y por unos 40 autores de condiciones sociales muy diferentes.

A pesar de estas circunstancias tan dispares, la unidad y armonía son claramente visibles en la Biblia. Esto no puede ser el resultado de simples coincidencias, sino que es una evidencia clara de que detrás de todo estuvo Dios inspirando y guiando a todos los autores a la hora de escribirlo.

Finalmente, quiero mencionar las pruebas arqueológicas que demuestran cada vez con más fuerza que la Biblia es verdad. Sigue en pie la declaración del arqueólogo Nelson Glueck quien afirmó rotundamente que “ningún descubrimiento arqueológico ha controvertido jamás una referencia bíblica”.

El conducto de Ezequías: En 2º de Reyes 20, 20 leemos: “Los demás hechos de Ezequías, y todo su poderío, y cómo hizo el estanque y el conducto, y metió las aguas en la ciudad, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?”

Los turistas que visitan hoy Jerusalén pueden andar a través de este mismo túnel que fue construido en el tiempo de Ezequías por debajo de Jerusalén aproximadamente en el año 701 a.C.. Este túnel fue redescubierto en el año 1838 por el arqueólogo estadounidense Edward Robinson.

Imperio de los hititas (o heteos): La Biblia dice en Éxodo 34,11: ^“Por lo que a ti toca, cumple con lo que hoy te mando. Echaré de tu presencia a los amorreos, cananeos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos.”

Wellhausen, escribió un libro de mucha influencia a finales del siglo XIX. Negaba la verdad del texto bíblico y utilizaba la completa ausencia de evidencias arqueológicas del pueblo hitita (heteo) como uno de los argumentos en contra de la veracidad de la Biblia. Unos 50 años más tarde sin embargo arqueólogos descubrieron las ruinas del Imperio Hitita, con su capital en Hattusa, al norte de Turquía.

Esto son solo unos pocos ejemplos que evidencian la veracidad de la Biblia y nos animan a confiar en su mensaje de parte de Dios a los hombres.

Querido lector, te animamos a que leas y estudies la Palabra de Dios, la cual quiere traer paz, perdón y esperanza a tu corazón.

¡La Biblia ha cambiado la vida de innumerables personas a lo largo de la historia y si tú quieres, puede cambiar la tuya!

Si te interesa saber más acerca de la veracidad de la Biblia te recomendamos la lectura del libro: “Evidencias que exigen un veredicto” de Josh McDowell.

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