2 Noviembre

“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).

 

No es raro que una persona se desanime en el servicio del Señor e intente dejarlo. Supongo que la mayoría de nosotros hemos enfrentado esa tentación una u otra vez. Por consiguiente, con la lectura de hoy me gustaría hablar de cuatro pasajes que han sido un tremendo estímulo para mí y que me han guardado de abandonar el servicio. El primero es Isaías 49:4, “Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios”. Hay momentos, afortunadamente pocos, cuando los años de servicio para el Señor parecen evaporarse en nada. Todo nuestro trabajo parece haber sido un esfuerzo desperdiciado. Por lo que se ve se trata de otro caso de pérdida de una labor hecha en amor. ¡Pero no es así! Nuestro versículo nos asegura que la justicia de Dios nos recompensará regiamente. Nada de lo que se hace para Él jamás es en vano.

El segundo pasaje es Isaías 55:10-11, “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Aquellos que están entregados a distribuir la Palabra viva de Dios tienen el éxito asegurado. Los resultados están garantizados. Su Palabra es irresistible. Así como los ejércitos del mundo son impotentes para impedir que caiga la lluvia y la nieve, del mismo modo todas las huestes de demonios y hombres son incapaces de impedir que la Palabra avance y revolucione vidas humanas. Estamos del lado de los ganadores.

Hay un extraordinario estímulo en Mateo 10:40, “El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”. ¿Has sido desairado alguna vez a causa de tu testimonio cristiano? ¿Se han apartado de ti? ¿Se han burlado de ti? ¿Te han insultado o alguien te ha cerrado la puerta en las narices? Bien, no lo tomes como algo personal. Al rechazarte, en realidad la gente está rechazando al Salvador. La manera en que la gente te trata es el modo en el que tratan al Señor. ¡Qué maravilloso es estar vinculado tan estrechamente con el Hijo de Dios!

El último versículo es 1 Corintios 15:58 (ya citado antes). Pablo ha estado exponiendo la verdad de la resurrección. Si esta vida fuera todo cuanto hay, entonces nuestra labor sería en vano. Sin embargo, más allá de la tumba está la gloria eterna. Todo lo que se hace en el Nombre del Señor será recompensado entonces. Ningún servicio de amor habrá sido infructuoso o inútil.

El servicio cristiano es el más glorioso de todos los llamados. Nunca habrá una razón válida para abandonarlo. Los estímulos y el ánimo que ofrece la Palabra de Dios son suficientes para guardarnos de volvernos atrás.

Josue G Autor