“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15).
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15).
“Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor” (1 Corintios 10:10).
“Ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen…” (Efesios 5:4).
“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12).
“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción” (Gálatas 6:8).
“Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” (Mateo 4:23).
“Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14).
“Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1).
“Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura” (Proverbios 4:1).