“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
“Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?” (2 Samuel 9:1).
“Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda” (1 Crónicas 12:18).
“Como el que toma un perro por las orejas, así es el que pasa y se entremete en contienda que no es suya” (Proverbios 26:17 BAS).
“Mi cuerpo que por vosotros es partido” (1 Corintios 11:24).
“Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes” (Génesis 14:21).
“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne” (1 Timoteo 3:16).
“El hombre rico piensa que su riqueza es una defensa invulnerable, una alta muralla de seguridad. ¡Qué soñador!” (Proverbios 18:11 traducido de la paráfrasis The Living Bible).
“Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido” (1 Juan 3:6).
“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios” (Hebreos 10:26-27).