“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4:8).
“…a todos los que aman su venida”. Por muchos años pensé que esta expresión se refería a aquellos creyentes que tenían sentimientos piadosos y amables acerca de la venida del Señor. Serían recompensados con una corona de justicia porque sus corazones ardían cuando pensaban en el Rapto.
Pero no hay duda de que el versículo significa más que esto. Amar Su venida significa vivir a la luz de Su pronto regreso, comportarse como si Él viniera hoy.
Amar Su venida significa vivir en pureza moral. Pues como Juan nos recuerda: “todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” (1 Jn. 3:3).
Significa no enredarse en las cosas de esta vida. Debemos poner nuestro afecto y atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Col. 3:2).
Significa servir al pueblo de Dios, dándoles “el alimento a su tiempo” (Mt. 24:45). El Señor pronuncia una bendición especial a favor de aquellos que estén ocupados en esto cuando Él venga.
Resumiendo, significa que no haremos lo que no quisiéramos estar haciendo cuando Él venga. No iremos a ninguna parte donde nos avergonzaría Su venida. No diremos nada que sea ofensivo en Su presencia.
Si supieras que Cristo ha de venir dentro de una semana, ¿cómo pasarías los días restantes? ¿Significa que renunciarías a tu trabajo, irías a una montaña y pasarías todo el día leyendo la Biblia y orando? ¿Quiere decir que te dedicarías “a tiempo completo” a la obra cristiana, predicando y enseñando día y noche?
No es esto, porque si realmente estamos caminando con el Señor y vivimos en el centro de Su voluntad, esto significaría seguir viviendo como hasta ahora lo hemos hecho. En cambio, si estamos viviendo para nosotros mismos, entonces es preciso hacer algunos cambios revolucionarios.
No basta con tener pensamientos afables acerca de la venida del Salvador. La corona de justicia está reservada para aquellos que la aman lo suficiente para permitir que la verdad moldée sus vidas. No es suficiente sostener la verdad acerca de Su venida; la verdad debe sostenernos.