“Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Corintios 3:17).
“Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Corintios 3:17).
“Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio” (Hebreos 13:13).
“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9).
“El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro” (Lucas 6:40).
“Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia” (Romanos 11:6).
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:13).
“Ahora vemos por espejo, oscuramente…” (1 Corintios 13:12).
“…no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, el Cristo” (Mateo 23:8-10).
“…como moribundos, más he aquí que vivimos” (2 Corintios 6:9).
“servíos por amor los unos a los otros” (Gálatas 5:13).