“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4:8).
“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4:8).
“No altivos, sino asociándoos con los humildes” (Romanos 12:16).
“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos” (Romanos 5:6).
“¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?” (Lucas 17:17).
“Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre” (Apocalipsis 13:16-17).
“Corrige a tu hijo mientras hay esperanza; pero no desee tu alma causarle la muerte” (Proverbios 19:18 BAS).
“Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5).
“Entonces Saúl le juró por Jehová, diciendo: Vive Jehová, que ningún mal te vendrá por esto” (1 Samuel 28:10).
“…al descender del monte, Moisés no sabía que la piel de su rostro resplandecía, por haber hablado con Dios” (Éxodo 34:29 BAS).
“Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día” (Lucas 2:44).