“Id pues, y aprended lo que significa: misericordia quiero y no sacrificio” (Mateo 9:13).
“Id pues, y aprended lo que significa: misericordia quiero y no sacrificio” (Mateo 9:13).
“Antes bien, renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios” (2 Corintios 4:2).
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1).
“No es vuestra la guerra, sino de Dios” (2 Crónicas 20:15).
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto” (Filipenses 3:12).
“Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis” (Juan 13:17).
“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13).
“…me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé” (Cantares 1:6b).
“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18).
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Efesios 4:30).